Parte 2
Parte 3
Bus hasta Candem Town, un espectáculo para la vista, el
bolsisllo y los sentidos. No os lo podéis perder, quizás la primera hora es
buena para comprar, pero yo iría en torno a las 12 y aprovecharía para comer.
Nosotros elegimos mal ese día la ruta pues luego hicimos los canales y los
jardines, de haberlo hecho al contrario hubiéramos terminado comiendo en
Candem, eso si nosotros caminamos mucho y deprisa, para qué quien quiera
calcule estas rutas bajo su propia velocidad.
¿Por dónde se entra a los canales?
En Camden High St, yendo desde el metro de Camden Town y
casi llegando al puente azul y verde que se ve en lo alto, en el que dice
Camden Lock.
Un poco antes de llegar al puente se ve el canal, con sus
esclusas negras. Por el lateral de la derecha
que es el que tiene más paseo.
Al principio, dependiendo del día, vemos gente con sus cajitas
de comida, que han comprado en los puestos de arriba, se sientan en el borde
del camino, al sol. Nosotros lo vimos todo muy tranquilo, al ser entre semana
la gente estaría trabajando.
Pero, muy pronto, dejamos el lío y el ambiente de Camden y
nos sumergimos en una de las zonas más tranquilas de Londres.
Pasará alguna pareja, algún grupo, alguien montando en bici
o corriendo y veremos por el agua a los botes pasar y a la gente metida en sus
propios botes tomando una copa de vino.
Los narrowboats
Lo que más llama la atención de este canal son sus botes de
madera alargados, son realmente impresionantes-
Los que están anclados en la orilla son casas en las que
vive la gente.
A sus dueños les encanta este estilo de vida porque cada año
pagan una licencia para anclar y pueden elegir en qué parte de Londres quieren
vivir.
Los narrowboats que se mueven por el agua son turísticos y
te llevan de Little Venice a Camden. Tuvimos la ocasión de ver uno de paseo.
Estas barcazas son alargadas y estrechas, de ahí su nombre
narrowboats (narrow=estrecho, boat=bote)
Se construyeron en los siglos XVIII, XIX y XX, para el
transporte de mercancías por los canales estrechos de Inglaterra. Ahora, se
construyen para casas y transporte turístico, y quedan ideales en el canal.
La pagoda china y el cruce de canales
De repente, llegamos a un punto en el que el canal nos lleva
a la derecha o a la izquierda.
A la izquierda, vemos un restaurante chino, construido en
plan pagoda, que queda genial todo rojo entre tanta vegetación verde y en mitad
del río.
Pero nosotros vamos al otro lado, a la derecha.
Según avancemos y como estaremos cruzando el zoo podremos
ver las alambradas que cubren los espacios de los animales, a esta altura veréis un cartel que pone a Primrose Hill, cogedlo y subir a la colina desde
donde podéis disfrutar de una de las vistas más espectaculares de Londres, desde
este punto hasta arriba de la colina debe haber 20 minutos no mas, no os de
pereza.
Tras ver Primrose nos introdujimos en Regents Park, donde
había gente jugando al rugby, al fútbol, o lo que quieran, pues son kilómetros
verdes. En una colina paramos en un rico café de la cadena de parques londinenses y
seguimos paseando hasta la zona del Open Air Theatre, y los jardines de la
reina y del Royal Collegue.
En el parque hay baños pero con moneda para entrar, cosa que
no tenía, así que me aguanté.
Cogimos el metro hasta el otro lado de la ciudad, nos fuimos
a la city. De Baker Street hasta Monument Station (Curioso el monumento o
columna que da nombre a este metro y zona), íbamos a comer al Borough Market,
el mercado de comida más diverso, más ambientado y alegre que he visto, No os
lo perdáis, mi consejo patearlo primero, ver la oferta antes de comprar, porque
si no luego siempre verás algo que queréis….
Caminamos, paseamos hasta la Tate Modern, Milleniun Bridge, la Catedral de Sant Paul , Leandehall
Street y sus callejones donde se inspìraron para las películas de Harry Potter,
edificios de Marý Poppins, bancos, gente trajeada, y así hasta la Torre de
Londres, en la cual no entramos per hicimos las fotos bonitas del Puente de
Londres.
Aún quedaba día, cogimos el metro hasta Sant James Park, que
aún nos faltaba, un parque bellísimo, llenos de animales, patos, ardillas, y
los Pelícanos, regalo de los rusos a la reina dado su gusto por las aves exóticas,
y que hoy siguen allí. Legamos hasta el Buckingham, cruzamos el Green Park y allí
cogimos el metro directos al hotel.
La cena también toco en el pub del hotel, un fish and chips y
unas ricas pintas, teníamos una reserva en un sitio recomendado a orillas del
río, pero lo habían anulado asi que toco algo sencillo. Si vais en verano y aunque
sea un paseo de algunos minutos en metro hasta Ravenscourt Road ( una calle muy
alegre repleta de tiendas)y otros 10 andando podeis ir a The Old Ship W6, un
lugar a orillas del río en una zona poco conocida y preciosa de Londres. Si
podéis ir al atardecer mejor.
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