A veces los motivos para viajar no son los de siempre:
relax, cultura, a veces también nos movemos por deportes.
Yo no soy muy fan de
nada en concreto pero ya me he movido a otros países, por ejemplo, para ver
Rugby. Este año tocó desplazarse para ver las 24 Horas de Le Mans.
Desde pequeña he oído hablar de esta competición tan renombrada, y un amigo forofo de los coches nos
lio la manta a la cabeza para ir a disfrutar de las carreras este año. Como las
fechas coincidian con periodo vacacional le hice el lío yo a él y trasformé un
fin de semana de deportes en toda unas vacaciones en regla, os lo cuento:
24 horas de Le Mans (
15-19 junio)
17 de Junio, mi amigo
y su sobrino ya llevaban desde el jueves disfrutando de los desfiles,
entrenamientos, fiestas, museos, y toda la parafernalia que se genera entorno a
estas fiesta o carrera de las 24 horas.
Ese día, tras hacer
maleta, comer rico (pensábamos que no volveríamos a comer bien en días, que
equivocados estábamos) nos fuimos en avión hasta Nantes,
A Le Mans se llega en
tren desde París o desde Nantes, elegimos este segundo porque el trayecto era
algo menor, los aeropuertos más pequeños y las facilidades de manejo mucho
mayores que en París.
Como el vuelo llegaba
después que los trenes a Le Mans, decidimos pasar la noche allí, por otro lado
mejor porque los hoteles en Le Mans eran caros.
Cogimos un autobús
que nos dejó en la zona centro cerca del hotel elegido también por ese motivo,
todo estudiado.
Vuelo de ida a Nantes
90 euros con maleta con Iberia Expres.
Bus de ida al centro:
8 euros
Hotel en Nantes:
Inter-Hotel Grand Hotel de Nantes 81 euros noche doble+tasas de día
El hotel nos gustó,
estaba céntrico y bastante bien habilitado. De allí salimos corriendo, pues
cerraba a las 21:30 a la estación pues debíamos modificar unos billetes de
tren.
La SNCF, como nuestra
RENFE trabaja muy bien, habíamos comprado los billetes online desde Madrid y
nos los habían mandado a casa en un plazo mínimo. También nos permitió hacer
devoluciones siempre que presentáramos los billetes físicos en un plazo de un
mes,y como debíamos cancelar dos pues allá que nos fuimos.
El hombre que estaba
en taquilla debió de pensar que estábamos locos: devolvimos dos billetes de ida
a Le Mans, también dos billetes de Le Mans a París, y cambiamos el
horario del primero para llegar al día siguiente más temprano. Lo hizo todo, no
sobró dinero y el hombre fue muy amable, eso sí según acabo cerro taquilla no
fuese que llegaran otros españoles locos.
Nos había llovido al
bajarnos del bus, pero parecía que nos iba a respetar el paseo, hicimos un poco
de turismo y acabamos en una de sus callejuelas más famosas Rue des
Petites Écuries en un italiano, Casa Pepe.
Luego seguimos
visitando la noche de Nantes, tomamos una “mini” copa en Amour de Pomme de
Terre (4 Rue des Halles,44000 ). Un sitio muy cuqui pero donde los cócteles cuestan 7 euros y ponen un vaso de caña pequeña, lo que tienen que aprender…18 de junio, primera hora, una estación ambientada con piano en directo, un café y un croissant y tren a Le Mans jugando al cinquillo, muy español.
Le Mans 11:00 a.m. Llegada, nuestro amigo nos vino a recoger
y a enseñarnos la casa de Beatrice, cogida por Airbnb. La señora nos alquiló
habitaciones, hubo un malentendido pero finalmente dormimos por 35 euros noche,
que siendo el fin de semana que era estuvo genial. Tres meses antes no había
hoteles disponibles, y lo único ofertado estaba a 50 km y por 600 euros noche…así
que daba igual, queríamos una ducha y una cama.
Cogimos comida para llevar, nos subimos al tranvía (servicio
directo desde la estación hasta el circuito) y nos fuimos a las carreras. Hay
un ticket de grupo a partir de 4 personas por 2 euros trayecto.
Nos bajamos en la última parada, un poco más alejada del meollo,
pero con muchísima menos gente que la anterior, y tras la revisión de mochilas
y el control de la entrada(nunca la perdáis, pues es necesaria para salir y
entrar y encima os ha costado 78 euros que como recuerdo siempre vale) pudimos
inaugurar el circuito.
No os voy a contar cada minuto aunque podría, porqué además
de gigante es emocionante, lo primero encontramos un trenecito gratuito que nos
acercaba a la zona (esto lo supimos tras darnos la primera caminata), espacios
con caravanas, con caravanas de lujo, con gente acampada junto al Porsche de
última generación, cochazos por todas partes, gente de todas las
nacionalidades, fiesta, Noria, chiringuitos de comida, de simuladores, zonas
vip, conciertos, eventos, puestos de merchandising, comida, en fin una feria a
lo grande para no dejar ni un milímetro de sus 12 km de recorrido sin atender.
Vimos la apertura con sus famosos: Keanu Reeves, Brad Pitt,
Jackie Chan, el de Anatomia de Grey…y a las 15:00 salida y aguacero para que
nos caláramos como dios manda, y debido a la lluvia una hora entera de Safety
Car. Para nosotros fue mucho, vuelta a casa, ropa seca, siesta y paseo hasta la
catedral, cervetita en una de sus terrazas y cena en Grill & Cie, donde la
camarera sabía un poquito de español, y por menos de 30 euros cenamos con vino
postre y buenas raciones y calidades. Como se quedó buena noche nos fuimos un
rato al circuito hasta las 3 de la mañana.
Café Gourmand , un delicioso surtido de mini postres y café que solo tienen allí y es genial |
Noche circuito |
El domingo amaneció soleado, nos levantamos sin prisa y de
nuevo al circuito a ver terminar la carrera. Mucho ambiente, nos montamos en la
Noria, una gran experiencia, eso sí por 10 euros. Unas pocas cervezas, 7 sin
vaso la pinta de cerveza y 8 con vaso, al devolverlo te devuelven 1 euro, pero alguno
nos trajimos de recuerdo. El final de carrera fue trepidante y sorprendente,
quien tenga interés que busque alguna noticia porque fue impresionante. Luego
champagne, confeti, paseíto por la pista y a comer a las 5 de la tarde que ya
estaba bien. Bocata en la estación, recoger maleta y camino a París…seguíamos la
etapa, pero esta estaba terminada.
Desde la noria |
en la pista tras el final |