VISITANDO ESCOCIA
(PARTE IV)
Domingo 26, se acabó el buen tiempo, hoy tocaba desayunar
dentro, lloviznaba y hacía fresquito. Teníamos los billetes para el ferry y
allá que nos fuimos, a hacer la cola para, con puntualidad Suiza, subir el
coche al barco. Fuera hacia frío así que cogimos sitio dentro y salimos de vez
en cuando para hacer una foto al pueblo de Oban
desde fuera y a los espectaculares paisajes que se iban viendo. Tomamos un cappuccino
por unos 3.5 euros, no nos pareció muy
caro el ferry, aunque supongo que aunque ese día estaba lleno de turistas el
resto de tiempo habrá mucho habitante de la isla que deba cogerlo a diario.
Seguía lloviznaneando, nuestro plan era avanzar por el norte
de la Isla de Mull, e intentar
abarcar lo máximo posible. La costa este de la Isla es preciosa, llena de animales,
marismas, llegando hasta Tobermory,
capital o ciudad principal de la isla. Un pueblo precioso, de casitas de
colores, con un ambiente muy inglés, y lleno de pequeños negocios bonitos.
De allí, siguiendo con un tiempo inclemente fuimos hasta Calgary Bay, hacía frío y agua, pero
era abrumador el paisaje. Desde allí y por una carretera que en España nunca denominaríamos
así, pues era estrecha, mala y encima estaba llena de ovejas y vacas fuimos
bordeando el norte de la Isla. La niebla nos impedía a veces la visión, y
finalmente y con pena desistimos de seguir dando vuelta y cruzamos por el paso
más estrecho de nuevo a Salen, y de
allí a Craignature, donde nos había dejado
el barco y aparentemente había sitios para comer, se nos había echado la hora,
eran las 3 y allí no es fácil encontrar nada a esas horas. Al final la chica de
turismo, muy amablemente nos indicó un sitio genial para comer que estaba
abierto hasta las 3, y allá que fuimos. El Craignure
Inn, tiene camas y también un acogedor restaurante donde guarecerse y comer
unos ricos musless o un pedazo de
hamburguesa.
De allí la siguiente parada antes de coger el ferry de
vuelta era visitar el Duart Castle,
un bello castillo privado que aún guarda entre sus muros historia de piratas,
españoles encarcelados en sus celdas, y la historia más inmediata de su
propietario que aún celebra allí sus eventos, en un precioso salón totalmente
equipado, donde vi la mesa de billar más grande que nunca había visto.
De nuevo a esperar y vuelta a casa, habíamos vuelto a
comprar cuatro cosas en el super y esa noche tocaba cena en casa.
Lunes 27,
No había dejado de llover, ese día el plan era no madrugar y
salir camino a Fort William donde cogeríamos el precioso tren de vapor de Los
Jacobitas. Llegamos como a las 12:30, dejamos el coche en la misma estación de
tren y de allí paseamos por la calle principal, llena de tiendas y ambiente,
nos dio tiempo a comprar unas deportivas y calcetines bien de precio porque
estaban en rebajas, y a comer una sopita del día, unos macarrones con queso
(muy típicos por allí) y un fish and
chips, no tan rico como el de
Ullapol. Comimos baratito en el Café 115, y cogimos fuerzas para la tarde.
A las 14:00 salía el tren que dicen de “Hogwarts” y que es precioso y en perfecto funcionamiento. Habíamos
comprado los billetes in extremis por unas 45 libras, íbamos en torno a una
mesa y mereció la pena.
Había leído infinitas cosas sobre este tren, si era caro, si
era mejor ir en coche…yo quería vivirlo y no me arrepiento pues merece la pena.
No solo el tren es precioso, es por donde va cruzando lo que te deja anonadado.
Pedimos un prosecco y unos dulces
para amenizar el camino, y tampoco eso era caro, nos sorprendió que siendo tan turístico
no buscasen el mayor beneficio. Lo agradecimos pues así pudimos tomar algo, y
la experiencia fue única, ir tomando nuestro vino mientras mirabas por la
ventana, hasta llegar al famoso viaducto, momento en el que lógicamente salí por
la ventana a fotografiar.
Los espacios adyacentes a las vías del tren estaban atestados
de personas que van a fotografiar y grabar al tren, pues el espectáculo es
seguro. Yo sigo pensando que es mejor vivirlo desde dentro.
Pasamos por las marismas de los libros de Harry Potter, es
impresionante ir viendo las películas in situ, y llegamos a Mollaig, un pueblo pesquero importante del que salen los ferrys a
Skye pero que como pueblo merece poco la pena. Vimos en un pub el partido de España
de la Eurocopa, con el que nos fuimos a casa, y vuelta al tren que había que rehacer
el camino andado.
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