RING, RING, RING…..el telefonillo sonaba insistentemente.
- Sí, diga….-
- Hola buenas tardes soy la Crisis.
- Disculpe, la Crisis? Nos conocemos? No me suena su nombre.
- Es imposible que no me conozca, si todos hablan de mí, y últimamente ya me quedan pocas casas por visitar.
- Uy, yo es que soy despistada, y no he tenido el gusto de conocerle. Pues diga usted si le puedo ayudar en algo.
- Pero de verdad no me conoce? Es algo increíble, soy muy, muy famoso.
- Claro, seguro que sale en la tele. Pero se me estropeó hace ocho meses y como me han reducido la pensión no he podido arreglarla; de ahí que no me suene.
- Pues a eso me refiero, ve como si me conoce, por eso le han reducido la pensión. Piénselo bien….
- No que va, los del banco me han explicado que esa reducción era necesaria para ayudar a no se que Prima del Estado que estaba en apuros, y por eso lo han hecho, no me hablaron de usted en absoluto.
- Mire señora, hágame caso, que seguro que el banco se refería a mí.
- Pues igual me hablaban de su prima, mire no lo se, porqué tengo el sonotone arreglándose, y como ahora me han subido los impuestos esos, no puedo ir a recogerlo, porque no puedo pagarlo. Así que ya ve usted, igual me hablaron de usted, y yo creí que ere algo de una Prima; perdone mi despiste.
- Nada señora tranquila, ya me extrañaba a mi…
- No tranquilo, el problema es que hace días que no me tomo mis pastillas para el alzheimer, ahora me cobran las recetas y yo hijo no puedo permitírmelo, total olvidar alguna cosilla tampoco me parece tan importante, yo voy tirando.- pero digo yo que suba y tome un café, que hace frío, y aunque tengo poco que ofrecerle mejor que en la calle estará.
- No señora déjelo, ya he abusado demasiado de usted, creo que no es necesario que me de nada más. Voy a intentar visitar a otros que me conozcan menos que usted, un placer.
Moraleja: hay que hacer caso a los mayores y nunca hablar, ni abrir la puerta a los extraños.
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