El viernes fui por fin a ver la primera parte de la exposición del Thyssen, Jardines Impresionistas. Disfruté sobremanera, no solo por la fuerza estética, la belleza visual, y el elenco de obras seleccionadas, sino porque te podías hundir en los espesores verdes, soñar bajo bellos árboles, y prácticamente deleitarte con los olores de las flores representadas.
Pegas a la exposición muchas, pero de carácter estructural, la disposición museográfica es mala, da pena que el Thyssen sea tan tacaño a la hora de hacer un buen discurso expositivo, de poner cartelas, de contextualizar la obra más allá de ser un bonito cuadro de flores.
Pero olvidándonos de estos aspectos, y del mogollón de gente, incluido guías que mejor se podían quedar en casa, porqué tal y como explican, poco puede uno aprender; la exposición como tal es maravillosa.
El elenco elegido o prestado es muy bonito, variedad de autores, variedad de temas, y sobre todo belleza por todos lados. Hay que aprovechar la posibilidad de ver muchas obras situadas en diversos y a veces desconocidos museos, que con mucha seguridad no iremos a ver in situ.
Os deleito con algunas de las obras que me dejaron parada frente a cuadro por varios minutos.
Cezzane
Morissot
Manet
Latour
La última aunque diversa es uan obra maravillosa, que pronto seguro estará en algún broche o pendiente de mi colección.
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